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Washington. Sep/01/2015. Un ciudadano colombiano, líder de una fundación de inmigrantes en Washington D.C., ha sido uno de los principales promotores de las órdenes ejecutivas que ha realizado el presidente Barack Obama con el fin de regularizar la situación de los latinos que migraron ilegalmente a Estados Unidos. Gustavo Torres tiene razones para apoyar esta reforma, pues conoce muy bien la situación: llegó a Estados Unidos como ilegal en 1991, huyendo de la guerra entre carteles que sacudía a su natal Medellín. Iniciando como jornalero y trabajador de construcción, logró escalar posiciones hasta llegar a dirigir la fundación CASA Maryland, basada en Silver Springs (MD), suburbio de Washington.

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Torres explicó a Publimetro que el objetivo de su fundación, que cuenta con 72 mil miembros, es ” organizar a la comunidad para que luche por sus derechos como inmigrantes a nivel estatal, y luchen por la reforma migratoria. Por eso busca también que aquellos inmigrantes que ya son ciudadanos de los Estados Unidos participen en democracia y voten, hagan valer su voz y su lucha en pro de los inmigrantes que aún no pueden hacerlo” .

En este sentido, Torres ha tenido, junto con otros líderes de grupos inmigrantes, reuniones con el presidente Obama, las cuales desencadenaron reformas como la orden ejecutiva dada el pasado mes de septiembre, que permitía legalizar la situación de millones de inmigrantes con hijos colombianos.

Según Torres, ” el fundamento de la discriminación tiene origen en el miedo del norteamericano nativo hacia el desconocimiento de la cultura latina y el español como lenguaje, fomentado por esas esferas políticas que afirman que los latinos se están tomando el país: en algunos estados como California, Texas, La Florida, New York y Arizona, los porcentajes de población hispana han crecido considerablemente en los últimos 20 años”.

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En un país que entra a una elección presidencial donde el tema migratorio ha sido uno de los más discutidos por precandidatos como Donald Trump, Torres espera que haya un gobierno que apoye las ideas de 11,5 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos. Torres se unió a CASA de Maryland como organizador comunitario, cuando la entidad tenía un personal que se podía contar con los dedos de la mano y un presupuesto anual menor a los 500.000 dólares, hasta llegar al cargo de Director Ejecutivo en 1994. Hoy, CASA tiene cerca de 90 empleados y maneja un presupuesto de aproximadamente 6 millones de dólares.

Hasta fines de 2011 sirvió como miembro de la Junta de la Coalición de Inmigración de la Capital Nacional, año en el que se integró el Comité de Transición del nuevo Ejecutivo del Condado de Prince George’s. Asimismo, fue presidente de la Junta Organizadora de la Red Nacional de Jornaleros. También integra el grupo de trabajo Envision Greater Washington, encargado de desarrollar un proceso estratégico futurista para la región por los siguientes 25 años. Bajo la dirección de Gustavo Torres, CASA de Maryland ha recibido numerosos premios y el reconocimiento nacional de parte de otras organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Cara a cara con Obama

“Presidente Obama, usted ha deportado a dos millones de personas. Más que cualquier otro presidente en la historia de este país. Y eso que usted es afroamericano, demócrata y progresista”, le dijo Gustavo Torres en 2013 al Mandatario durante una reunión que convocó en abril pasado a diez líderes hispanos en la Casa Blanca.

“Mi responsabilidad es implementar las leyes tal como están”, respondió Obama. “Y no soy un dictador”, agregó para aclarar por qué no puede detener el actual nivel de deportaciones -que llegó a dos millones en cinco años- y mucho menos aprobar una reforma migratoria sin la autorización del Congreso.

“No es así, ¡usted tiene todo el poder para priorizar sobre quién va a deportar!”, replicó Torres, en una reunión que describe como “tensa”. (Con información de Publimetro.com)

Un aguerrido inmigrante paisa

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Edwin Giraldo Ruiz. (Corresponsal en Washington El País de Cali). Nació en Yarumal, Antioquia, pero vivió su juventud en el barrio Castilla de Medellín. Después de estudiar algunos semestres de derecho en la Universidad de Medellín, tuvo que huir de la violencia del narcotráfico a finales de los 80 y se fue a vivir para Centroamérica. Terminó trabajando de periodista en el periódico Tayacán, donde cubrió los conflictos armados de Nicaragua, El Salvador y Guatemala. En Centroamérica contrajo matrimonio y desembarcó jun to a su esposa en la costa Este de Estados Unidos en 1991.

Al mejor estilo del sueño americano, Torres comenzó como jornalero en extensas e inciertas horas de trabajo, sin garantías laborales, viviendo “en las sombras”, como rezan las quejas de 12 millones de personas indocumentadas que reclaman derechos por su existencia en el país, y que al mismo tiempo hicieron colapsar el sistema migratorio.

Torres encontró su camino en América cuando ingresó ingresó a la Casa de Maryland, en donde, por coincidencia, “atendía a personas que ya había conocido en Centroamérica. Inmigrantes que habían salido de sus países, casi todos por el hueco”. Desde 1995 dirige esta organización, que se coordina con una coalición nacional de entidades hermanas para presionar por el milagro de la reforma.

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Torres junto a varios líderes hispanos fueron arrestados y llevadas al centro policial de la ciudad por no obedecer a la autoridad y obstaculizar el paso en la vía pública, dentro de la presión ejercida a Obama para que aprobará la Reforma Migratoria a través de la “desobediencia civil”.

En agosto de 2013, más de una decena de líderes hispanos protagonizaron una serie de actos de desobediencia civil por lo que fueron arrestados durante una manifestación frente al Capitolio en Washington. Como parte de una campaña nacional, grupos de activistas y organizaciones pro inmigrantes empezaron a realizar actividades en apoyo a una reforma inmigratoria aprovechando las últimas horas que los legisladores permanecerán en el Congreso antes de tomar el receso de verano e iniciar el viaje de regreso a casa.