Nueva York. Mauricio Hernández. En la Edición XVIII del Desfile Colombiano de Nueva York había diez veces más políticos y candidatos a cargos públicos que grupos folclóricos autóctonos, en una Comunidad caracterizada por su alta abstinencia política en elecciones y su conocida división. Hasta más del 90 por ciento de abstinencia llegaron a tener los colombianos en las elecciones para escoger al congresista que los representa en el Exterior.
Pero los colombianos tenían muchos motivos para fijarse en esta ocasión en la política, pues desfilaban dos colombianas que aspiran a ser candidatas en las primarias del el Partido Demócrata el 13 de septiembre próximo. Y las acompañaban sus oponentes dominicanos, titulares en los cargos a los que aspiran.
Las candidatas colombianas son Catalina Cruz a la Asamblea Estatal y Jessica Ramos al Senado Estatal, dos brillantes mujeres luchadoras vinculadas a la inmigración y a los trabajadores. Ellas buscan desbancar a los dominicanos, miembros de la comunidad latina más organizada políticamente en Nueva York, con más de 100,000 inscritos para votar. Aunque algunos digan que eso es lo de menos en esta ciudad, hay factores que pueden ayudar.
Las colombianas lo tienen más difícil. Es conocida la apatía electoral y la división de los colombianos en Nueva York. Y a no ser de que ocurra una sorpresa, poco será el apoyo que se les de, comparado al de candidatos respaldados políticamente desde su Comunidad. Un impulso que siempre vienen bien.
Sólo 2,800 colombianos de Queens votaron en las elecciones presidenciales celebradas en mayo pasado, manteniendo el alto nivel de abstención, que suele superar, como dijimos, el 90 por ciento.
En el desfile estaban los cuatro candidatos. Pudimos ver pasar a Catalina Cruz, que nació en Medellín y su madre trabajó duro para sacarla adelante, incluso repartía volantes en la Calle 82, conocida como la Calle Colombia. Hoy es ella la candidata a la Asamblea Estatal estatal por el Distrito 39 de Queens, que comprende parte de los distritos de Jackson Heights, Elmhurst y Corona.
Vimos también a su rival, a más velocidad, no solo por los apoyos de altas esferas demócratas en su lucha para conseguir su reelección a la Asamblea Estatal, sino porque iba en patines: Ari Espinal, la actual asambleísta, puesta por designación tras la salida del descendiente de ecuatoriano, Francisco Moya, ahora en el Concejo de Nueva York.
Vimos también a Jessica Ramos, hija de colombiana, que nació en Elmhurst, creció en Astoria y vive en Jackson Heights. Se retiró como jefa del Departamento de prensa de la Alcaldía para enfrentar al actual senador estatal de origen dominicano, José Peralta, que lleva muchos años en el cargo.
Peralta acude religiosamente a los desfiles de Colombia desde hace muchos años.
Había más políticos, muchos más, pero por estar pendiente de los grupos folclóricos tampoco los vi.
La división tampoco sirve para las nuevas generaciones que buscan representación política que redunde en empoderamiento y crecimiento de los colombianos en Nueva York. Es hora de cambios.