¿Cómo se convierte Fabio Andrade en ser un líder comunitario? Cuando llegué a Miami desde Nueva York, en 1995, y el éxodo de colombianos hacia el sur de Florida estaba en auge, fue entonces cuando vi las necesidades que tenían los recién llegados de ser guiados e informados. Mucho de ellos eran profesionales que requerían una orientación para rehacer sus vidas. Estaban mal informados y comenzamos a educar a ese profesional en asuntos de negocios, empleo, cultura, inmigración, y otros temas, para facilitar su adaptación a la sociedad norteamericana. Trabajé con la campaña de Alex Penelas para la alcaldía de Miami-Dade. Me identifiqué con él y me metí de lleno a trabajar por la comunidad impartiendo charlas y haciendo eventos para ayudar a la gente.
¿Cúal es la misión social de esta organización? Nosotros somos una organización pequeña, que trabaja de una manera muy efectiva. Nuestro centro ofrece desayunos todos los miércoles, en Weston, y los jueves, ocasionalmente, en Doral, a unas 59 personas. Ayudamos a muchos colombianos que llegaban a Miami desde finales de los 90 y 2000 huyendo de la violencia.
¿Cómo mezcla su actividad profesional con el servicio a los demás? He bajado un poco el trabajo social; soy consciente de eso y tengo que balancear más los tiempos. Actualmente soy vicepresidente de Servicio Terrestre de la aerolínea Dynamic International Airlines, que es estadounidense, propietaria de seis aviones Boeing 767. Trabajar para la comunidad es lo que más me gusta, pero también tengo otros compromisos.
Una de sus grandes hazañas fue trabajar cerca del papa Juan Pablo II. ¿Cómo recuerda ese grato episodio de su vida?
Yo tuve la gran oportunidad y la bendición de haber trabajado en el vuelo del papa Juan Pablo II en 1986. Fui el único funcionario estadounidense invitado para acompañarlo durante su visita a Guatemala. Estuve con él tres días; lo recibí, lo atendí y lo despaché. Yo era responsable del vuelo, y se le sentía el aura de Dios en la Tierra. Eso fue muy impactante para mi vida. Sentí que era un ser fuera de todo ser humano. En ese entonces yo estaba muy comprometido con la aviación, pero luego de estar al lado de Juan Pablo II sentí que ya había cumplido mi misión, que le había dado la atención al pasajero más importante en la Tierra y que había culminado una etapa de mi vida. Entonces me entregué más al servicio de los necesitados.
¿Cuál ha sido su batalla más fuerte como activista comunitario en este país?
Fue muy difícil cambiar la imagen que tenían los colombianos en los Estados Unidos. Mucha gente nos identificada como mafiosos. Nosotros emprendimos una campaña para mostrar al colombiano como gente trabajadora. Nosotros también tomamos como nuestra la causa de Israel Hernández (grafitero que murió a manos de la Policía en Miami Beach).
Yo pienso que las autoridades se salieron con la suya, nadie ha respondido. Esas protestas no se dieron como se tenían que dar, y todavía otros salen, destruyen y sigue el abuso de autoridad. (Por Daniel Castrope Diario de las Americas)