Nueva York. Ene/12/2016. Lucía Pulido forma parte de esa generación de cantantes nacionales que producen música colombiana desde Nueva York, enriquecida con sonidos y ritmos provenientes de todo el Mundo. Llegó en 1994 a esta ciudad con el propósito de educar su voz, de profundizar en el estudio de los grandes cantautores del país, de investigar sobre los ritmos colombianos, lo que terminó en un enriquecimiento musical que le ha permitido crear e interpretar canciones sin fronteras, con melodías, letras y ritmos del país. Coherente a su gran pasión, estudió licenciatura en Música en la Universidad Pedagógica de Bogotá, ciudad que la vio nacer, y pronto se convirtió en la vocalista de un grupo formado por estudiantes de arquitectura, entre los que se encontraba Iván Benavides, con quien conformaría en Colombia el dueto Iván & Lucía.
Han sido más de 20 años de ricas experiencias que le han llevado a compartir escenario con músicos electrónicos y experimentales, como Christian Fennesz o Burkhard Stangl, y a participar en grandes festivales como los celebrados en el Lincoln Center Out of Doors y en una serie de conciertos en el Carnegie Hall, el templo de la música en Nueva York. Su pasión por la música llanera le llegó de niña, en su casa de los Llanos Orientales de Colombia, donde creció escuchando a su padre cantar y tocar música de la región, influenciado a la vez por los programas musicales que llegaban de los canales venezolanos.
A este ritmo llanero se han sumado con el tiempo muchos otros, nacionales e internacionales, gracias a su inquietud e investigación. Es así como incluye pronto los ritmos del Pacífico, el curruluao y el bullerengue, así como la cumbia del Caribe, que se mezclan con el jazz, el rock, el bolero y otros ritmos latinos.
Fue invitada al X Festival Internacional de la Música en Cartagena (Colombia) 2016, celebrado hace dos semanas, donde mostró un mapa musical del país con el Colectivo Colombia y en el que participan Hugo Candelario González, cuya especialidad es el Pacífico, pero el toque será muy jazzístico, al estilo de Antonio Arnedo, aunque cada quien le va a aportar a las canciones lo que ha explorado.
“He incursionado en otros géneros, como por ejemplo los boleros, donde estoy desarrollando un proyecto que se llama ‘Dolor de ausencia’, que es una recopilación de boleros ‘cortavenas’ compuestos entre los años 30 y 50 y que casi no he movido, pero que me ha dado una identidad. Me gusta explorar en otros ambientes, estar en contextos experimentales”, dijo al diario El espectador de Bogotá el pasado 12 de enero durante su estancia en Cartagena de Indias.
Perfil. El New York Times dice que Lucía Pulido “se aferra a la crudeza de las melodías originales mientras les da un contexto nuevo y sofisticado”. Esta riqueza se puede ver en sus diferentes ensambles y repertorios. Géneros tradicionales como la cumbia y el bullerengue de la Costa Atlántic
a, currulaos de la Costa del Pacífico, así como joropos de los Llanos Orientales de Colombia son el punto de partida de su creatividad musical. La sofisticación vocal de Pulido ha mejorado en géneros tales como las canciones pastoriles, cantos de vaquería, lamentos fúnebres (alabaos) y los cantos de la cosecha, que dan a la cantante de la libertad para explorar su voz por completo.
Ha sido invitada a cantar y grabar con músicos de jazz diferentes, tales como Ed Simon, Binney Dave, y Erik Friedlander, y con músicos experimentales y electrónicos como Christian Fennesz y Burkhard Stangl en Viena. En Nueva York ha promovido su música en teatros privados, universidades y lugares bien conocidos de la ciudad de Nueva York (Pub de Joe, Queens Theatre in the Park, Knitting Factory, Ruleta, etc.) En el 2000 recibió una beca para artistas de Ciudad de Nueva York , concedida por el Bajo Manhattan Cultural Council Fundación LMCC, y en los veranos de 2007 y 2008 fue artista en residencia en Krems, Austria.
En 1995 grabó su primer CD en solitario “Lucía”, con la empresa colombiana Sonolux, distribuido en los EE.UU. por Sony Music; en 2000, junto con el percusionista japonés Satoshi Takeishi, grabó un CD para el sello alemán Intuition (canciones religiosas y paganas de Colombia) y en 2004 grabó “Dolor de Ausencia”, una selección de canciones clásicas de América Latina de amor ‘El corazón roto’, editado por el sello FM (Colombia, 2005). Junto al guitarrista argentino Fernando Tarrés, grabó Songbook I y II de BAU Records, y en el otoño de 2008 su trabajo “Luna Menguante – Luna Menguante”, basado en la música tradicional colombiana, fue liberado por la música de Aventura etiqueta. Songbook III con Fernando Tarrés fue lanzado por BAU Records en Argentina en 2009.
Antes de su traslado a Nueva York, en Colombia, formó parte del dúo “Iván y Lucía” durante más de diez años con el cantante y compositor Iván Benavides, con el que grabó tres LP es entre 1986-1991, de gira en Europa y América Latina. A propósito, en el mes de junio pasado se unieron estos dos cantantes en un concierto celebrado en Bogotá. Era el reencuentro después de 21 años, cuando cada uno tomó su propio camino de éxito dentro de mapa nacional e internacional. (Tomado de buenamusica.com)
Por Alejandro Flores (en la página web www.luciapulido.com) escribe: “…De mayor importancia es el hecho de que ella ha delineado sus esfuerzos con la experimentación, en torno a sí misma con una variedad de improvisadores, compositores y productores que se encuentren establecidos artistas y pioneros en su propio derecho, como Fernando Tarres, Erik Friedlander, Satoshi Takeishi, Dave Binney , Christian Fennesz, Burkhard Stangl, Franz Hautzinger, y colaborador desde hace mucho tiempo, productor y director musical Sebastián Cruz.
La riqueza de sentir en su música es indescriptible. En un conjunto que pueda oír su lucha contra una puya electrizante up-tempo (una danza exuberante de la costa norte de Colombia) con la energía atlética y virtuosismo, elevándose con imposible facilidad durante el frenesí de ritmo, seguido de un Alabao desgarradora ‘ (un lamento fúnebre de la región del Pacífico olvidado de su país) cantado con magníficas ternura. Tal es el aura de Lucía: rica en su herencia de la tradición y su abrazo de la modernidad, vivo con el espíritu de un verdadero innovador, lleno de expresividad”.
“Actualmente está trabajando en varios proyectos con músicos de la ciudad de Nueva York y en diferentes países de Europa y América Latina. Su carrera activa incluye actuaciones en Canadá, Estados Unidos, Europa, Asia y América del Sur”.